• Expresó el crítico Christopher Domínguez Michael
• El Nobel de Literatura mexicano es un poeta político en el sentido de T.S. Eliot, W.B. Yeats y Antonio Machado en su última etapa, opinó

Christopher Domínguez Michael participó
en el VI Congreso Internacional de Otoño y Poesía.

David Sandoval Rodríguez

Para el ensayista, crítico e historiador Christopher Domínguez Michael, la narrativa de Octavio Paz (1914-1998) fluctúa entre crítica y creación, entre verso y prosa, por lo que conforma una unidad presente en sus ensayos, artículos periodísticos y poemas.

Domínguez Michael participó el 17 de octubre en las actividades del VI Congreso Internacional de Otoño y Poesía, organizado por el Instituto de Investigaciones Lingüístico-Literarias (IIL-L) de la Universidad Veracruzana (UV), con una conferencia en la que habló acerca de la biografía que preparó y saldrá publicada próximamente sobre el Nobel de Literatura mexicano.

Con motivo del centenario de su nacimiento, diversos escritores se han dado a la tarea de trabajar libros sobre el poeta fundador de la revista Vuelta, por lo que el crítico y ensayista reconoció que su libro es una biografía que se suma al cúmulo de trabajos existentes y por publicar sobre el autor de El laberinto de la soledad.

En su opinión, corresponderá a las generaciones posteriores dimensionar en mejor medida la obra de Paz, no obstante su libro es fruto del aprecio filial y la convivencia que mantuvieron a partir de su ingreso en 1988 al grupo que elaboraba la revista Vuelta.

“Traté de escribir una vida y obra, es decir, voy contando la vida pero me voy deteniendo en los libros más importantes de Paz; mi tesis –que seguramente molestará a varios colegas míos– es que la obra de Paz no puede ser entendida cabalmente si no se ve como una unidad entre verso y prosa, entre poesía y pensamiento, entre crítica y creación.”

Si alguien quiere entender la obra del escritor, aseveró, “debe entender que no se puede comprender cabalmente Piedra de sol sin saber quién es Emiliano Zapata; no se pueden entender los poemas memoriosos de los setenta como Vuelta o Nocturno de San Ildefonso, sin saber quién fue Trotsky.”

Asimismo destacó que no se puede entender la poética de Paz “sin entender que es una poética de la historia, lo cual no quiere decir que sea política en el sentido panfletario de la palabra, de hecho Paz incurrió poco en ese género; es un poeta político en el sentido que lo era T.S. Eliot, W.B. Yeats y también el último Antonio Machado, es decir, poetas para los cuales el canto, la poesía, ocurre en la polis, en la ciudad y está dirigido a ciudadanos”.

El autor de Antología de la narrativa mexicana del siglo XX, expresó que Octavio Paz vivió una contradicción permanente entre optar por aislarse y escuchar la otra voz que emerge en la poesía o mantenerse presente y constante entre “el ruido del mundo”.

En ese sentido apuntó que “lo que hace grande a los escritores, a todas las personas, es la manera en que viven sus contradicciones y creo que Paz vivió esta contradicción permanente entre la otra voz y lo que llamo la jefatura espiritual, la idea de que él como poeta tenía que contribuir a la curación de los mexicanos, curación en términos muy psicoanalíticos, que se hace patente en El laberinto de la soledad; en el momento en que el mexicano develase el trauma de la conquista podría pasar a la madurez, es decir, a la modernidad”.