- Afirmó Juan Carlos Castilla, Premio México de Ciencia y Tecnología 2012
- El conocimiento generado debe “empaquetarlo” en palabras simples y difundirlo a la sociedad
- Para él los movimientos estudiantiles como los que vive Chile y México son ventanas sociales para lograr épocas floridas
- “Cuando uno pasa por la universidad y ayuda a crear ideales, valió la pena vivir la vida”, expresó
Juan Carlos Castilla Zenobi en el MAX de la UV.
Karina de la Paz Reyes
Latinoamérica ha tenido una estabilidad democrática en los últimos 25 años que le ha permitido a sus comunidades científicas generar grandes avances en ciencia y tecnología, no obstante la gran deuda es “empaquetarlo” en palabras simples y comunicarlo a toda la sociedad, opinó el biólogo marino chileno, Premio México de Ciencia y Tecnología 2012, Juan Carlos Castilla Zenobi.
“Hemos alcanzado una considerable cantidad de conocimiento en distintas disciplinas y hay un gran desafío de empezar a transmitir esa ciencia a la sociedad”, expresó en entrevista para Universo.
“La ciencia existe, el conocimiento científico existe, pero en ese puente de transmisión hacia la sociedad en general creo que hay un déficit muy grande”, añadió.
Calificó tal situación como una deuda de los científicos con la sociedad en Latinoamérica, “porque nos han dado el dinero suficiente para investigar y en los últimos 25 o 30 años, muchos países han mantenido sus democracias y han sido estables y se ha acumulado una cantidad de conocimiento muy grande”.
De acuerdo con la página virtual oficial del Premio México de Ciencia y Tecnología (www.ccc.gob.mx/es/premio-mexico.html), el biólogo marino se caracteriza por su interés en el manejo y protección de los ecosistemas oceánicos. Ha sido profesor de varias universidades en Chile y otros países, así como miembro de comités y asociaciones internacionales; asimismo, ha publicado en 317 ocasiones, de las cuales, 176 son artículos en revistas internacionales. También, es el biólogo marino más citado de Latinoamérica, con más de 15 mil alusiones.
Para él, es el momento de “empaquetar” ese conocimiento que está en revistas científicas y especializadas –también llamadas de alto nivel– en palabras simples para que lo adquiera toda la sociedad, es decir, “escalonar hacia abajo y eso no es fácil”.
Aclaró que esa deuda de la comunidad científica latinoamericana es resultado del camino dispar entre la generación y la divulgación del conocimiento, pues es muy difícil caminar en paralelo.
“Cuando uno hace ciencia está planteándose hipótesis y poniéndolas a prueba, y llega un momento en que se acumula el conocimiento, el cual es necesario convertir del lenguaje científico al común utilizado por toda la sociedad.
”Yo digo que es algo natural en Latinoamérica, porque no ha sido estable social y políticamente en los últimos 100 años, ha habido periodos de estabilidad e inestabilidad. En realidad se puede caminar en paralelo en los países desarrollados o cuando hay estabilidad de 60, 70, 80, 100 años”, justificó.
Dada la estabilidad latinoamericana de los últimos 25 o 30 años, y por ende del conocimiento generado y acumulado, insistió en que es momento de “empaquetarlo” para la sociedad, pero principalmente para que la infancia lo comprenda, porque es la población del futuro. Es con ese sector, precisamente, que el científico trabaja el ámbito de la divulgación científica.
Pero comunicar la ciencia más allá de las revistas especializadas es algo que requiere tiempo y “no hay muchos científicos que están dispuestos a gastar ese tiempo”, lamentó.
“Hay un déficit muy grande en Latinoamérica, pero no de conocimiento científico, sino de empaquetarlo en palabras simples para que la sociedad lo comprenda”, insistió.
Ventanas sociales para épocas floridas
Juan Carlos Castilla Zenobi recibió el Premio México de Ciencia y Tecnología 2012 el pasado 8 de diciembre, junto con los ganadores de los años 2013 y 2014, el geólogo argentino Víctor Alberto Ramos y el inmunólogo español Carlos Martínez Alonso, respectivamente, en el marco de la XXIV Cumbre Iberoamericana que se realizó en la zona conurbada Veracruz-Boca del Río.
Un día después de la ceremonia de premiación visitó el Museo de Antropología de la Xalapa (MAX) de la Universidad Veracruzana (UV). Ahí, al preguntarle sobre la situación de la educación y el impulso a la ciencia por parte de los gobiernos latinoamericanos, expuso que si en países como México no se destina ni el uno por ciento del Producto Interno Bruto (PIB), en Chile es peor.
“Me llamó mucho la atención el discurso del presidente de México (Enrique Peña Nieto) en la Cumbre Iberoamericana, cuando nos dieron el premio. Dijo datos de que hace 10 años era el 0.38 por ciento y ahora casi el 0.46, y él dice ‘deberíamos llegar al uno por ciento del PIB’. Me parece espectacular su aspiración. La situación en Chile es peor que ésa.”
En Chile la inversión es del orden del 0.4 por ciento del PIB y se ha mantenido así en los últimos 10 años, precisó.
Cabe citar que de acuerdo con las series históricas del Foro Consultivo Científico y Tecnológico, la inversión en ciencia, tecnología e innovación en México de 2006 a 2012 respecto del PIB fue de: 0.38, 0.37, 0.41 y 0.44, 0.46, 0.43 y 0.43, respectivamente.
“El problema es que existen otras situaciones prioritarias de inversión. En este momento en Chile hay un gran movimiento para cambiar la educación en el país y esas reformas se van a llevar una cantidad de plata que yo creo que se la deben llevar, porque la educación es la clave.
“Nos gustaría a los científicos de Chile que la presidenta (Michelle Bachelet Jeria) dijera lo que dijo el presidente Peña Nieto acerca de tratar de llegar al uno por ciento y eso todavía no es suficiente. Yo creo que los países en Latinoamérica deberían invertir entre dos y tres por ciento, pero no es fácil, porque hay otras necesidades, otros problemas”, justificó.
Castilla Zenobi mencionó los movimientos estudiantiles para cambiar la educación en Chile, “que son lindísimos” y cuyo mayor apogeo fue hace tres años. De ellos la presidenta Michelle Bachelet, quien fue electa hace menos de un año, tomó aspiraciones y las plasmó en su programa de gobierno.
“Entonces, hay cuatro o cinco reformas que tienen que ver con los movimientos estudiantiles, lo más lindo es que los cuatro o cinco líderes del movimiento, como Camila Vallejo, ahora están en la Cámara de Diputados. Ellos están ahora legislando y conectándose con los nuevos líderes estudiantiles. Es una cosa muy linda.
”Chile en ellos reconoció un liderazgo muy alto, muy importante, pusieron sobre la mesa tres o cuatro problemas: la gratuidad de la educación, la no selectividad y el no lucro. Porque no se puede lucrar con el dinero del gobierno. Los privados podrán hacer su lucro, pero no con el dinero del gobierno. Estamos ahora en esa reforma y lo lindo es que los líderes que lo crearon están en el Parlamento, son menores de 35 años de edad los que están ahí”, relató.
Para el científico, con los movimientos estudiantiles los países producen ventanas sociales para llegar a épocas floridas. Él mismo fue parte de la de 1967 en su país. Aunque en las décadas siguientes no hubo grandes ventanas, pero actualmente el panorama es diferente.
“No hubo grandes ventanas y ahora en mi país apareció una, creo que tiene que ver con la comunicación, la gente se comunica ahora con una facilidad muy grande, entonces congrega multitudes detrás de ideas. Lo lindo para mí es que fui dirigente estudiantil en ese movimiento, entonces para mí el que estén apareciendo en Chile, en México y en otros lugares, me hace pensar que se está abriendo una ventana social de oportunidades.
”No quiero llamarle revolución, pero son ventanas sociales de oportunidades empujadas, guiadas por líderes y por la sociedad. Yo lo veo en Chile, lo veo en México y creo que va ocurrir en Argentina dentro de poco.”
Para Castilla Zenobi la gran comunidad estudiantil latinoamericana tiene que creer en “el porvenir florido”. Él mismo vivió una oportunidad “fantástica” en 1967 en su país y ahora la ve de nuevo.
“Aprovéchenla, sean creativos, propositivos, porque no se trata de tirar piedras, se trata de proponer ideales de reforma. Cuando uno pasa por la universidad y ayuda a crear ideales, valió la pena vivir la vida”, concluyó.
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