- El Centro de Investigaciones Tropicales desarrolla un proyecto de divulgación científica en la región del Totonacapan
- El trabajo desarrollado con niños de educación básica los hizo acreedores al distintivo otorgado por Conacyt
Niños y asesores ganadores del 4to Encuentro Nacional de Pandillas Científicas.
Durante el 4to Encuentro Nacional de Pandillas Científicas, tres alumnos de la Escuela Rural “18 de Marzo”, ubicada en Tlachinola, Veracruz, que participan en los proyectos de conservación y divulgación científica del Centro de Investigaciones Tropicales (Citro) de la Universidad Veracruzana (UV), fueron galardonados por el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) al obtener el primer lugar en el área Medio Ambiente y categoría Kids.
El evento se realizó en Tehuacán, Puebla, los días 23 y 24 de febrero; participaron más de 300 proyectos. Pandillas Científicas es un evento avalado por la Red Nacional de Actividades Juveniles en Ciencia y Tecnología, el Conacyt y The International Movement for Leisure Activities in Science and Technology.
Jonathan Uriel Juan Gabriel, Horacio Emmanuel Hernández López y María de los Ángeles Mestizo Fernández presentaron el proyecto “Taxkat: La abeja nativa de Mesoamérica”; fueron asesorados por los investigadores del Citro María Reyna Hernández Colorado y Atzin García Flores.
El objetivo principal del proyecto ganador implicó el diseño de una propuesta educativa para que los niños de la comunidad de Tlachinola se apropien de los conocimientos ancestrales y científicos necesarios para la conservación de la abeja melipona (Scaptotrigona mexicana) y de los ecosistemas de la región del Totonacapan, participando así en la recuperación de la biodiversidad veracruzana.
De acuerdo con los resultados preliminares de la investigación, la meliponicultura como actividad ancestral ha abierto un posible campo para el manejo de cultivos orgánicos en el Totonacapan. Con esta propuesta se recupera la abeja como agente de preservación de la biodiversidad del ecosistema, lo cual se logra a través de la construcción de un acontecimiento científico en la vida escolar, que permite secuenciar e integrar las actividades en experiencias significativas de aprendizaje.
Los niños de la Escuela Rural “18 de Marzo” son protagonistas de estas experiencias. Hn aprendido a entender y explicar los misterios que la ciencia ha considerado sus objetos de estudio y ampliado sus posibilidades para reintegrar la ciencia a la cultura. Niños y padres de familia perciben que la ciencia es una actividad que atañe a toda la sociedad, es una forma simbólica, un modo diferente a otros de captar y expresar el mundo. También han advertido la relación que la ciencia tiene con la visión de la vida y con la curiosidad de las personas.
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