- El Director de la Orquesta Sinfónica de Xalapa dijo sentirse agradecido por el apoyo de sus integrantes
- “He visto directores que están teniendo una fiesta consigo mismos y la orquesta no la comparte, yo no concibo vivir la música de esa manera”
Lanfranco Marcelletti aseguró que en la OSX
hay libertad para opinar y tomar decisiones conjuntas.
Adriana Vivanco
En octubre de 2014 Lanfranco Marcelletti cumplió tres años como director de la Orquesta Sinfónica de Xalapa (OSX) y dijo que ha constatado que es una gran institución musical de primera clase en el país.
El pianista brasileño compartió que sabía de la fama de la OSX antes de escucharla en vivo, por lo que al hacerlo constató “que tenemos una institución musical de primer nivel”.
Recordó, incluso, que el presidente del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta), Rafael Tovar y de Teresa, cuando la escuchó dijo: “Estoy delante de la mejor orquesta de México”.
Respecto de lo que ha vivido desde que forma parte de sus filas, Marcelletti expresó: “En estos tres años la orquesta y yo hemos cambiado mucho, nos hemos retroalimentado y hemos crecido; la OSX es una gran institución artística que merece toda la atención porque tiene un nivel muy alto para una orquesta que trabaja todas las semanas. Cada vez que me paro frente a la orquesta me sorprendo de su capacidad y me permiten seguir soñando en nuevos proyectos con ella.”
Explicó que a su llegada a la OSX se generaron cambios en la dinámica de trabajo, obligándose a sí mismo a repensar la labor de dirección y llevar a la orquesta a repensarse también.
“Yo no propongo de la misma manera en que lo hacían los otros directores, incluso fui traído a la orquesta de una forma distinta; anteriormente se hacían ternas pero la decisión nunca estaba en la orquesta, y en esta ocasión los integrantes decidieron y me eligieron a mí, así que llegué con un compromiso muy grande para con ellos, hay una complicidad mayor y naturalmente eso crea más responsabilidades para ellos y para mí.”
En el pasado el director tenía todo el logro o toda la culpa, y ahora director y orquesta comparten las glorias y las culpas, porque se trabaja en equipo: “Es cierto que tenemos diferencias pero al final siempre buscamos lo mismo, que es sacar adelante los proyectos que emprendemos. Hay cosas que no siempre salen bien, pero duermo tranquilo todas las noches porque sé que estamos haciendo las cosas de la mejor manera posible, y sé que faltan cosas, es ahí donde aparecen los sueños: en ocasiones quisiera que el músico se sentara en la silla y sintiera a nivel no sólo artístico, sino administrativo y logístico, que las cosas estén funcionando, para que todo pueda fluir aún más”.
Explicó que la OSX es de las pocas orquestas que pueden preparar un concierto en un ensayo, dependiendo del programa que conocen; “ya tuve oportunidad de llegar un lunes para un ensayo de una pieza muy difícil y la orquesta tocó del inicio al final, sin parar. Después hubo que trabajar, claro, porque no se había montado la pieza en años y yo tengo mi propia visión de la pieza, pero el asunto es la capacidad de la orquesta para responder. Eso es algo que sólo puede hacer una gran orquesta”, puntualizó.
Lanfranco Marcelletti señaló que el instrumento del director es la orquesta y para dirigir hay que ser un buen administrador de sentimientos más que sólo un administrador de una institución, con el fin de alcanzar las metas que se plantean como agrupación.
Respecto del tipo de relación que tiene con la OSX dijo: “Hay tres tipos de relaciones: hay orquestas que trabajan contra el director, hay directores que trabajan contra la orquesta y hay directores que trabajan con la orquesta y la orquesta con el director. En los países latinos hay una tradición de trabajar la orquesta contra el director, porque normalmente se impone el director a la orquesta y la primera reacción de los músicos es de rechazo, este tipo de relación complica el trabajo, por eso yo he querido sembrar una semilla en la OSX e intentar trabajar de forma conjunta”.
Aclaró que aunque es el responsable del proyecto y en ocasiones tome decisiones que no son del parecer de todo el grupo, siempre busca que haya libertad para opinar y tomar decisiones conjuntas, como por ejemplo en la compra de instrumentos. “Esta tradición que existe en las orquestas es muy paternalista y colonialista, la verdad que la orquesta es todavía un ambiente autocrático legal, porque se para una persona y les dice a todos qué hacer y cómo hacerlo, de cierta manera es un dictador, pero pienso que las decisiones sobre el futuro de la orquesta pueden tomarse en conjunto”.
Explicó que una de sus estrategias de trabajo es el respeto, porque no se puede llegar a querer imponer cosas sin tomar en cuenta la experiencia de alguien que lleva 30 años trabajando de una forma.
“Cuando llegué a la OSX a cambiar el sistema de trabajo algunos consideraban que era algo confuso, me decían: no tienes que pedirnos opinión, eres el director y simplemente decide lo que quieres hacer y dilo; no estaban acostumbrados a que llegara el director a decirles que por alguna razón eso se tenía que cambiar, pero yo no puedo hacer las cosas así porque creo que nuestro trabajo es mágico, y esta diferencia entre director y orquesta puede ser terrible. He visto directores que están teniendo una fiesta consigo mismos y la orquesta no la comparte, yo no concibo vivir la música de esa manera”, concluyó.
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