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Lilia América Albert impartirá curso sobre toxicología de plaguicidas

  • Del 26 al 30 de enero, en la Facultad de Biología UV
  • Dirigido a profesionistas, docentes y estudiantes de Agronomía, Biología, Química y Medicina
  • En México se calcula que se usan más de 100 mil toneladas anuales de plaguicidas, y se conoce poco sobre sus efectos negativos en las personas y el ambiente

 

Curso toxicología-12Lilia América Albert.

Paola Cortés Pérez

 

En la actualidad se calcula que en México se usan más de 100 mil toneladas de plaguicidas al año, pero poco se conoce sobre los efectos que provocan en los seres humanos y al medio ambiente, por ello Lilia América Albert, consultora en toxicología ambiental y evaluación de riesgos, impartirá del 26 al 30 de enero el curso “Toxicología y ecotoxicología de los plaguicidas sintéticos” en la Facultad de Biología de la Universidad Veracruzana (UV).

El objetivo es informar a los estudiantes y profesionistas de agronomía, biología, química y medicina, así como a los interesados en la agricultura y la salud pública, sobre las consecuencias adversas de estas sustancias en el organismo humano y el medio ambiente.

“Les queremos explicar a los participantes las causas de la peligrosidad de estas sustancias, no negamos que tengan una utilidad y que su uso tenga ventajas, pero también tienen riesgos que son desconocidos. Al mismo tiempo, pretendemos la actualización y formación de nuevos recursos humanos en este importante tema.”

Recordó que la propuesta inicial fue realizar un diplomado, pero al final fue aprobado un curso que no se imparte en ninguna otra institución de educación superior del país, y eventualmente puede ser la base de un futuro diplomado.

“La Universidad será pionera, no hay nada parecido en cursos en todo el país. Propuse este proyecto a la UV porque en el Área Académica Biológico-Agropecuaria hay sensibilidad de que los plaguicidas son un problema cuya magnitud se ignora y que existe un hueco en la formación de los estudiantes. Es un esfuerzo para despertar la sensibilidad de que algo está pasando y es importante actualizarnos.”

La especialista detalló que el curso lo impartirá en conjunto con Alma Delia Viveros Ruiz, académica de la UV, e Imelda Martínez Morales, investigadora del Instituto de Ecología A.C. (Inecol). Iniciará la última semana de enero, en el Aula 8 de la Facultad de Biología, de 9:00 a 13:00 y de 15:00 a 19:00 horas, para un total de 40 horas. Las inscripciones serán en las oficinas de esa entidad académica a partir del lunes 12 de este mes. Para obtener mayores informes, consultar la página http://www.uv.mx/biologia/destacados/curso-toxicologia-ecotoxicologia/.

“Si tenemos una buena respuesta y todo sale bien, consideramos que es posible que se repita e incluso que sea transmitido a otros campus de la Universidad a través del sistema de videoconferencias”, dijo.

Comentó que el cupo es limitado a 30 personas, no está dirigido únicamente a la comunidad UV, sino es abierto a profesores y estudiantes de otras instituciones de educación superior y a los profesionistas interesados en el tema. “Es un curso que debe ser aprovechado, pues hasta el momento no hay nada como este programa en el país”.

El plan de estudios comprende antecedentes históricos, definiciones y clasificaciones de los plaguicidas; principales grupos de plaguicidas, fundamentos de la toxicología general; fundamentos de ecotoxicología; características y riesgos de los nuevos plaguicidas; comportamiento ambiental de cada grupo de plaguicidas; toxicología regulatoria y marco legal; investigación sobre plaguicidas, entre otras temáticas.

Cabe resaltar que Lilia América Albert fue condecorada con la Medalla al Mérito Universidad Veracruzana, otorgada en el acto inaugural del Foro Académico de la Feria Internacional del Libro Universitario 2014.

Plaguicidas, sustancias diseñadas para matar
Lilia América Albert dijo que cuando las personas se interesan por saber más sobre los plaguicidas, la información que obtienen es la proporcionada por las empresas, los fabricantes o los distribuidores, la cual está centrada en su utilidad, en el ahorro que representa para el agricultor, en los problemas que resolverá a la autoridad de salud.

“Sólo hablan de lo maravillosos que son. Nunca dicen que estas sustancias fueron diseñadas y sintetizadas para matar, su objetivo es matar o por lo menos afectar el metabolismo de las especies que son consideradas plagas por la humanidad.”

El punto central, apuntó, está en que muchas veces los seres humanos pensamos que aquellas sustancias usadas para matar a los insectos no ocasionarán daño a las personas, “pero no es así”.

En relación con la cantidad de plaguicidas utilizada en México, detalló que el último dato oficial, proporcionado por la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales, data de 2008 y especifica que en ese momento eran 93 mil toneladas anuales.

Ahora, dijo, se puede calcular que actualmente se usan más de 100 mil toneladas anuales en el país, lo que significa que a cada mexicano le corresponde un kilo, lo cual es una cantidad enorme; pero “sabemos que más de la mitad de la población vive en zonas urbanas, entonces a quienes viven en zonas rurales les tocan más, quizá dos kilos al año, es demasiado y lo peor es que los efectos negativos en la gente y en los ecosistemas no han sido detectados por los médicos ni por las autoridades correspondientes, por la falta de información y capacitación”.

Aunque los plaguicidas no matan de inmediato a las personas, como sucede con un mosquito o una cucaracha, afirmó que dañan paulatinamente el organismo; esto es, los individuos que están expuestos constantemente a estas sustancias presentarán afectaciones poco notorias en los sistemas nervioso e inmunológico, en el hígado o riñones.

Por ello consideró importante que en todas las escuelas de medicina del país se enseñe toxicología clínica, ya que los médicos no están preparados para identificar y atender efectos menores ocasionados por el uso de plaguicidas.

“Un daño importante al ambiente ocurre cuando el plaguicida aplicado en un campo de cultivo o terreno contamina arroyos y ríos, toda vez que cuando llueve o ese campo es regado las sustancias son descargadas en estos cuerpos de agua, afectando lentamente a los peces y a todos los seres vivos que habitan en ellos. Podrá llegar un momento en que el fondo esté tan lleno de contaminantes que ya no sea posible la vida.”

Otra afectación, puntualizó, es la que ocurre directamente al suelo. El uso constante de plaguicidas en la agricultura no sólo mata a las malezas o los insectos, también acaba, poco a poco, con todos los microorganismos que hacen productivo al suelo, al grado que, con el tiempo, será un baldío estéril.

Por ello reiteró la importancia de que las autoridades federales y estatales apoyen e inviertan en la investigación de plaguicidas.

“Sí hay un desinterés en los trabajos de investigación, pero no por la comunidad sino por la autoridad central, pues no se tiene conciencia de lo que está pasando”, sentenció.

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