- Como sus historias
- Destacó legado para las nuevas generaciones de escritores
Adriana Vivanco
Sergio Pitol es un autor que se transmite, como sus historias, de generación en generación, expresó el escritor argentino Andrés Neuman al recordar el homenaje que él, junto con Christian Frías y Gabriel Vázquez, realizaron en honor al autor de El arte de la fuga en 2013, en el Teatro del Estado de Xalapa.
Neuman relató que le pareció muy esperanzador que el homenaje a Pitol fuera hecho por personas que podrían ser sus nietos: “Para mí fue muy emocionante poder testimoniarle mi admiración a un autor que podría ser mi abuelo. Éramos tres personas que teníamos 40 o 50 años menos que él, y esto me pareció la prueba viviente de que Pitol no es un autor para el museo sino un autor que se transmite, como sus historias, de generación en generación”.
El narrador y poeta enfatizó que el autor de El tañido de la flauta es un ejemplo para las nuevas generaciones de escritores: “Pitol es un ejemplo paradigmático y muy pionero de cómo alguien puede escribir un texto que es un ensayo, que es un cuento, que es un relato de viajes, y a Pitol mismo nunca le importó saber muy bien qué eran sus libros sino generar prosa de la buena”.
En su opinión, Sergio Pitol dejará múltiples herencias a sus lectores. “Me parece que es un autor que hacía autoficción cuando nadie abusaba de esa palabrita; en segundo lugar, cultivaba la extranjería de un modo muy visionario, me refiero a que mientras el boom se debatía entre esencias nacionales, Pitol se iba lo más lejos que podía como si quisiera huir de una identificación fácil; es decir, cuando un escritor representa la esencia nacional o es Rulfo o no me interesa, es decir, o eres un puto genio o realmente ese discurso me aburre inmediatamente”, señaló.
En este sentido, explicó, le parece extraordinaria la lucidez con que Pitol descubrió que el mexicano podría sacar petróleo de Samarcanda o de Varsovia.
“Esta cosa nómada que tiene, no tanto cosmopolita en el sentido cultural, sino extranjero en el sentido de decir ‘en este momento he perdido mis certezas’, es como cuando Pitol cuenta que va a dar conferencias mexicanísimas a lugares remotos de Rusia.
”En uno de sus relatos, por ejemplo, cuenta que de repente se da cuenta de lo raro que es El periquillo sarniento, lo ajeno que resulta gracias a la mirada de esos señores en Turkmenia que lo escuchan como si estuviera hablando de la cosa más rara del mundo, y ahí Pitol adquiere su verdadera identidad, es decir, descubre lo raras que son las cosas en las que nos hemos educado. Podría pasar horas comentando hallazgos en la literatura de Pitol que se transformaron en habituales para mí y para mi generación”, concluyó.
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