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UV se vincula con IES colombianas

  • Para trabajar en la violencia desde la psicología
  • Si se comparan las cifras de 2012 con las de años anteriores, en Veracruz el incremento de la violencia es de más de 580 por ciento: Lizette Figueroa

Lizette Figueroa Vázquez, académica de la Facultad de Psicología de la Universidad Veracruzana (UV), estableció las bases para que esta casa de estudios y las universidades Nacional de Colombia y San Buenaventura de Cali firmen próximamente convenios de colaboración para desarrollar trabajos conjuntos de investigación en torno a la violencia desde el campo de la psicología.

En entrevista con la académica, comentó que como parte del Doctorado en Psicología que estudia en el Instituto de Investigaciones Psicológicas de la UV, realizó una estancia de investigación en la Universidad Nacional de Colombia, específicamente con Myriam Jimeno Santoyo, coordinadora del grupo de investigación “Conflicto y violencia social”, y con el que ya planea realizar proyectos conjuntos que se den a conocer en futuras investigaciones.

La académica dio a conocer que en septiembre asistió al Tercer Congreso de Psicología de la Red Nacional de Psicólogos en Colombia, donde participaron mil 300 profesionales de esa disciplina y a quienes les expuso parte de su investigación sobre los efectos psicosociales de la violencia.

Comentó que la experiencia fue interesante porque desde la década de los noventa Colombia vive un proceso doloroso y costoso en términos de vidas humanas. Explicó que aquel país cuenta con la Ley 1448 que obliga al Estado a reparar los daños ocasionados por el conflicto armado.

Personal de la Universidad de San Buenaventura de Cali es el encargado de operar desde el aspecto psicológico el mandato de la Ley 1448, y por lo tanto la académica tendió lazos con dicha institución para sentar las bases que permitan posteriormente la firma de un convenio con la UV.

 

Siete años de violencia en Xalapa
Para adentrarse en el estudio de la violencia, la académica se enfocó en la de tipo social porque es estructural y sienta las bases para que se den varios  ilícitos, no sólo el narcotráfico. Informó que en los últimos siete años ha habido un “despunte brutal”, expresó.

Si se comparan las cifras de 2012 con las de años anteriores, en Veracruz el incremento es de más de 580 por ciento. Detalló que dicha estadística se hizo con datos oficiales, es decir, con los casos que se reportan, los cuales ni siquiera rebasan el 10 por ciento.

Como resultado de sus investigaciones, indicó, la violencia no sólo afecta a la víctima sino a todo su entorno: familia y amigos. Aseguró que uno de los riesgos es que la violencia se naturalice, que se vea como una práctica normal: “Si bien es un mecanismo de defensa y sobrevivencia, a la larga puede traer consecuencias muy graves y es lo que estamos viviendo”.

Tal situación es un reto para los psicólogos y como docente, dijo, es una responsabilidad social porque se debe plantear cómo implementar estrategias eficaces para aminorar efectos y reconstruir el tejido social. Es necesario considerar cómo se forman a los psicólogos y que una vez egresados tengan las herramientas necesarias para intervenir porque hay mucho por hacer.

 

Soy de Xalapa y me afecta la violencia
Al cuestionarle por qué se interesó en el tema de la violencia, su respuesta fue contundente: “Soy de Xalapa y me afecta la violencia. Me asusta que mis hijos vivan en un mundo así. Si yo puedo contribuir con un grano de arena con las cosas que hago, investigación y docencia, será bueno. Sé que es doloroso decirlo, pero es lo que vivimos y algo tenemos que hacer. No quiero ser cómplice de lo que sucede”.

En cuanto a lo que observó en Colombia, dijo que en aquel país la violencia se vive desde mucho tiempo atrás, y ahora la población vive un proceso simultáneo de reparación de los daños, sobre todo por un conflicto armado que si bien inicia por el narcotráfico pronto se instaló en las FARC y aunque en las noticias digan que no hay guerrilla, los colombianos aseguran que el movimiento armado continúa, precisó.

“Una de las diferencias que encuentro (con México) es que hay dos tipos de víctimas: las que sufrieron por todas estas circunstancias como desplazamiento y abuso de autoridad; las otras víctimas son los militares y los policías. Ellos cumplen las órdenes que les dan, pero sus familias son señaladas y excluidas. Los colombianos hablan de reparar aun cuando el conflicto sigue, por lo que digo que están en un proceso diferente.

”Lo lamentable de nuestro país es que las prácticas que vemos son muchísimo más sanguinarias y eso le suena muy extraño a los colombianos. Eso es alarmante y debemos tener mucho cuidado. Allá existen dichas prácticas, pero en México son corregidas y aumentadas; es un proceso mucho más rápido. Si bien hay una propuesta de ley de protección a víctimas, en Colombia les ha llevado más de 15 años realizarla, en todo este tiempo han acumulado experiencia sobre cómo trabajar con las víctimas y hacer intervención.

Figueroa Vázquez dijo estar interesada en que la Facultad de Psicología, que en la actualidad pasa por un proceso de renovación del plan de estudios, tome en cuenta esta situación de violencia para que se piense en función de lo que le pasa a la gente allá afuera.

Explicó que no se trata de crear una experiencia educativa, sino que sea algo transversal, ya que el tema de la violencia tiene mucho que ver con la ética y ésta debe ser transversal. “No se trata solamente de ver qué estrategias de intervención, sino que veamos qué herramientas, conceptos y prácticas deben tener los estudiantes para que lo atiendan. A un psicólogo egresado de esta universidad le va a tocar escuchar allá afuera problemas relacionados con la violencia y debe saber qué estrategias utilizar para resolverlos”, indicó.

Para concluir, la académica habló sobre la razón por la que decidió dedicarse a la psicología: “Todos los que somos psicólogos, como en otras carreras reparadoras, buscamos aliviar viejos dolores. Ésta es mi manera de encontrar salida, queriendo reparar las heridas de otros. Creo que todos buscamos hacer algo y mejorar la vida de otros, pero al mismo tiempo tiene nivel sanador para uno. Es una carrera en la que no estás ajeno a tu objeto de estudio, te implica, tiene que ver con tu historia”.

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